sábado, agosto 25, 2007

LEER ES SEXY (y sin embargo quiero más)* Sobre EBL, MotínPoeta, Transversal, Horoskop

* Texto leído en la presentación de El billar de Lucrecia y MotínPoeta en Monterrey en el Centro Cultural del Colegio Civil, ha aparecido publicado en Los Tubos, revista virtual regia de reflexión.


Riesgo es materia, método, ejercicio con que se construye un objeto, un libro, un poema. El riesgo es una serpiente de dos cabezas de la cual la primera pertenece a las probabilidades de que algo ocurra, y la segunda a las consecuencias si estas ocurren. ¿Pero dónde el cuerpo?, ¿dónde dejamos su trayecto?, ¿dónde el bolo que alimenta y provoca la gula o la náusea? Actualmente vivimos en múltiples realidades, en múltiples riesgos. El Billar de Lucrecia y MotínPoeta son dos escaparates el ejercicio poético. En la “supuesta inminencia” de la desaparición del libro y de los cedes, ambos proyectos utilizan estos soportes para acercar la poesía a comunidades de cualquier edad que no estaban enteradas que los poetas también pertenecen a este tiempo. Sin embargo, antes de que estos proyectos vean la necesidad de llegar a un público, su origen fue gestado por varios artistas que tuvieron la necesidad de escribir poesía en otros formatos. Escribir es un acto que no se reduce a la pluma sobre el papel, a la pulsación de los dedos sobre el teclado. Escribir es un acto mental que a través de la palabra o las acciones o los silencios o las imágenes toca el cuerpo. Escribir es el primer motor de estos proyectos. Definiré cada uno de ellos.

Ediciones El billar de Lucrecia es una editorial que muestra las voces de la reciente poesía latinoamericana. A partir del juego, de la dinámica con la lengua, con la madre y las hermanas (porque hablamos español pero en realidad hablamos mexicano, argentino, peruano, cubano, portugués, etcétera) este proyecto revitaliza el quehacer de antologías mediante un proyecto que simula un billar que se ejercita en libros y no en bolas, o sea, es un proyecto que reúne poesía —no que simplemente la antóloga—.

En este trayecto, El billar de Lucrecia nos ha mostrado que una de las forma de vender poesía consiste en actualizar los pasos de baile según el ritmo. Aunque seguimos hablando de contenedores formales como lo son los libros, Lucrecia apuesta por diseños refrescantes, vitalizados, lúdicos, emergentes, desconcertantes, con portadas que nos hablan más de biografías escandalosas que de poéticas de alto riesgo. ¿Pero qué digo? Actualmente la poesía es el acto más riesgoso en las artes tradicionales y experimentales. La poesía es un acto creador para quien la atiende. Como lo ha sido y lo seguirá haciendo, la poesía no representa una posibilidad de hegemonía en el mercado editorial (a menos que se publique los versos de Paris Hilton o Joaquín Sabina).

Este no es caso de Lucrecia quien hasta el momento ha publicado voces que convergen en el nudo ciego del lenguaje. Cada uno de los libros que forman EBL nos presenta y revela un prisma personal. Desde Washington Cucurto hasta José Carlos Yrigoyen podemos leer siete registros que contienen a su vez decenas de matices natales, globales, de robote, translucidos, pluridimensionales. Para el caso, hablaré brevemente de las recientes entregas.

Transversal de Pedro Montealegre (Santiago de Chile, 1975) es un libro que trasvasa, transmuta, invoca, y decanta el caos. Las tres secciones que componen Transversal forman una trenza que canta la historia del movimiento de un sujeto. “Los que piden claridad literaria —escribió Ramón López Velarde— piden, realmente, una moderación de la luz.” Este no es el caso de Montealegre, al contrario, su poesía va más allá de las visiones provocadas por la luz, porque al contrario del efecto del mucha luz que causa ceguera, y de la carencia que provoca oscuridad, la poesía de Montealegre es justa en lenguaje, dividida en discurso y lírica, transverso del texto y sus expansiones:

Y está mal. Está mal. Pero traducimos así: ese eje del polígono
fue un tercero innominado, figura entre la muerte y la paleta de caramelo,
no explicable con los escritos —no lo imaginado.

Montealegre es un autor con una voz múltiple pero que sabe contenerse y discurrirse. En este libro logra condensar un tono que pareciera sólo un desbordamiento de ideas e imágenes pero que sorpresivamente construye un decir real a través de los poemas. Transversal merece una atención especial en el panorama de la poesía actual (alguna muy viciada en lo fácil y digerida) ya que es una apuesta por el lenguaje propio rescatando el valor poético:

En su centro, no:
quien va a callar metiéndose un camaleón entero en su boca. El arte es así
El hueco. Así. Uno lo imagina en el centro del pecho. Late el forado,
No una bolsa de agua caliente, esas de goma de calentar la cama. En la cama, yo
tuve un hijo, una letra, pero hizo schhht con su dedo, la casa de Platón,
el negativo de su boca.

El caso de Horoskop, de Jose Carlos Yrigoyen (Lima, Perú, 1976) transita por una vía distinta a la de Transversal. Yrigoyen apuesta por una melódica resurrección de la oralidad, de las charlas, del monólogo interior (muy cercana a la narrativa), logrando un libro –que aunque pequeño- repleto de momentos cercanos e identificables para una gama más amplia de lectores, ya que puede ser recomendado para quienes no están tan cercanos y alimentados de poesía. Pero cuidado, no estoy diciendo que sea un libro fácil, cómodo, poco riesgoso. Horoskop es la comunión de las dudas y las revelaciones en un ente ella, la misma Horoskop:

¿Y qué es lo que debo escribir para que la pureza sanguínea deje de ser un caballo muerto abandonado en el camino?

Esa pregunta, Yrigoyen inicia un viaje a través de recuerdos del yo poético basado en saltos en el tiempo, un verso de Pasolini, una película de Zombies, una navegación hacia Tragabigzanda que alterna la neblina con una palanca de valentía doméstica. Sin embargo, los versos son contundentes:

(Era esa nuestra última noche y no recuerdo mucho más;
apenas de cuando caminaba por la avenida de las tinieblas
entre los jóvenes –y ahora tengo que escribir entre los jóvenes
sintiéndome por primera vez parte de una procesión diferente.)

La reflexión en Horoskop está cargada de nostalgia, de entregas pasadas con añoranza en el futuro inmediato, justo en:

Esta noche, por ejemplo.
bajo esta noche extrañamente móvil, mano recién cortada
de una joven en la playa, a pesar del frío del invierno, de la presión
de las corrientes de aire que se deslizan sobre el mar,
hemos salido los tres a jugar pelota, esquivando los autos,
dividiendo la calle…

Horoskop y Transversal son dos apuestas diferentes, con tonos diferentes, de autores muy cercanos geográfica y generacionalmente. Sin embargo, EBL no está buscando voces compartidas ni ramas generacionales ni nuevos movimientos para vincularlos y construir un patrimonio latinoamericano. Por el contrario, está afirmando y pactando que la poesía es un ente vivo, carente de dogmas, lúdico, que puede hoy afirmar en una antología que ahí están contenidas las meras meras voces pero que no lo están. Cada libro, cada una de las bolas está girando sobre una mesa de billar esperando entrar en el hoyo menos indicado para crear alarma, destanteo, sorpresa porque de eso todavía vive y hace vivir la poesía.

A la par existe MotínPoeta que, como se define el colectivo creado por Carla Faesler y Rocío Cerón, es un generador de proyectos interdisciplinarios cuyo punto de partida es la poesía. Con dos discos: Urbe Probeta y Personae, el proyecto impulsa lo más relevante de la actual poesía mexicana porque son documentos que están moviéndose en ámbitos distintos al del mantel verde y botellita de agua, los cuales son unos de los detonantes del hartazgo de las fundadoras del proyecto. MotínPoeta apuesta por ediciones de autor, poemas vueltos canciones, autores de diferentes disciplinas germinando híbridos, discos donde se combina música y lectura o canto poético. Como ya he dicho, Motín Poeta y EBL apuestan por dos soportes que están satanizados en la era de lo virtual, y eso poco nos importa.

Leer es sexy, dice el eslogan de la campaña de EBL, lo repito: leer es sexy porque nos toca, nos invita a nuevas posiciones, a sentir el cuerpo, el objeto del deseo, sea un disco o un libro, sea una voz o sea nuestra voz: leer es sexy porque la palabra nos toca y nos pone en posición de antojo: yo quiero que los poemas me discurran, me escurran, me acaricien y me dejen con ganas de más, de más, de más. El Billar de Lucrecia y MotínPoeta son dos administradores del riesgo, del acto honesto y en expansión. El riesgo que sufrimos con estos dos proyectos sería el de no prestarles atención: Leer es sexy (y sin embargo quiero más.)

Óscar David López
Feedback: oscardavidlo@hotmail.com
Bitácora personal: http://www.oscardavidlopez.blogspot.com/

El Billar de Lucrecia: http://elbillardelucrecia.blogspot.com/
MotínPoeta: http://motinpoeta.blogspot.com/

1 comentario:

René dijo...

Hola. Hay alguna manera de conseguir los libros de El Billar de Lucrecia en Europa, en Paris, precisamente? Realizan envios? Gracias.