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La escritora mexicana, de 36 años, ha realizado proyectos con poesía que van desde instalaciones y “performances” hasta proyectos de poesía urbana.
Por Tatiana Pérez Rivera / tperez@elnuevodia.com
Quince bolas tiene el billar y quince libros-bola tiene El billar de Lucrecia (EBL), editorial creada por la poeta mexicana Rocío Cerón destinada a desaparecer cuando se publique el libro número 15, y dirigida a lectores “que les guste la adrenalina”.
“Siempre he realizado proyectos con poesía, desde instalaciones y ‘performances’ hasta proyectos de poesía urbana”, expone la mexicana de 36 años sobre la génesis, en el 2005, de esta aventura editorial. “El nacimiento de EBL fue gracias al diálogo con otros poetas. Nació en Chile, entre copas y poemas, en el festival Poesía 100%”.
EBL recoge poesía de autores nacidos entre 1967 y 1979, aunque ha incluido autores nacidos en la década del 80 en su antología “Nosotros que nos queremos tanto”.
La ganadora en el 2000 del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, en Poesía, manifiesta que los libros “apuestan por poéticas radicales, distintas a las que el mercado ofrece”.
“Son para quienes les gusta recibir aire, bocanadas de aire y mundos que les son cercanos, pero que la poesía toca de distinta manera”, dice.
El público se ha dado a la tarea de coleccionarlos. “No reimprimimos, sólo publicaremos 15 títulos y la editorial cerrará. Es una suerte de familia instantánea. Eso hace que los lectores busquen sus ejemplares porque si se acaban se acaban, punto”, argumenta.
En los inicios del proyecto, Cerón editaba los textos y ahora comparte la tarea con el colega Rodrigo Castillo. “El desafío más grande ha sido y sigue siendo encontrar libros que apuesten a no ir por rutas de lo ya establecido, libros si se quiere raros, particulares”.
Definido EBL, Cerón se lanzó como una feroz “cazadora” tras textos llamativos. La intuición y la apertura le guiaban, “porque creo en la diversidad de poéticas, tonos y visiones”.
Ese abanico de posibilidades tiene hilos que les entrelazan sin formar nudos. Como temas recurrentes, menciona “el humor ácido, el mundo contemporáneo -su caída, sus deficiencias-, el barrio, el lenguaje”. “Aunque debo decir que cada una de las búsquedas de los autores de EBL son muy distintas”, advierte.
La parte más difícil del proyecto ha sido conseguir el dinero para costear cada publicación. Sus energías, además, las destina a escribir y, “para la sobrevivencia, en trabajos editoriales”.
Las críticas no han faltado y está abierta a ellas. “Hay quienes aman un título y odian otro, pero de eso se trata, de que no te quedes impávido con nuestros libros”.
Editar fuera de las estructuras tradicionales que distinguen el mundo editorial tradicional le ha dejado un dulce sabor a triunfo.
“Todo proyecto es posible si lo quieres hacer, y si tienes los ovarios o testículos suficientes como para romperte la madre con los muros”, puntualiza. “Un no para mí es siempre un sí seguro, porque iré más allá para alcanzar lo que quiero”.
EL BILLAR Y LA ISLA
El pasado sábado se presentó en la librería La Tertulia, del Viejo San Juan, el poemario “El desasido”, del autor dominicano que estuvo radicado en la Isla, Néstor Rodríguez. Se trató del “libro-bola” número diez.
En abril, EBL lanzará en México el trabajo de la puertorriqueña Sylvia Figueroa, “Carne prensada”, que se convierte en el trabajo número doce.
“Será el primero en tener imágenes”, detalla Cerón. “Habíamos buscado poetas que trabajaran con imágenes, pero el libro ‘Carne prensada’, más su ‘bonus track’, ‘Para mirar de cerca’, nos encantó. Es nuestra primera apuesta interdisciplinaria”.
La autora de poemarios como “Estas manos” y “Basalto” -creados fuera de EBL- lee ensayo, poesía y sobre artes visuales “porque me interesa el arte contemporáneo y creo en el lenguaje como materia prima para establecerse en el mundo real y no sólo en la página”.
Ser poeta en México le parece igual que en otras partes. “Las mismas envidias, el mismo mundillo cerrado, las mismas cortes. Lo importante es mantenerte en el margen y desde ahí hacer guerrillas”, reflexiona.
Si se pregunta si Cerón es fanática del billar, la respuesta es sí. Descubra ahora quién es Lucrecia.
“Me gusta la metáfora de que las bolas son los 15 títulos y la jugadora, es decir Lucrecia, que encarna el espíritu de la poesía latinoamericana -cumbanchera, carnosa, vital-, es quien mueve esos caudales de lenguaje, esos juegos del castellano, o mejor dicho de los castellanos variados que se hablan en toda la región. ‘El billar de Lucrecia’ es un juego editorial por ello tiene que terminarse”.
Todavía le esperan “grandes aventuras visuales, sonoras y de estilos”. “La bola ocho será la última en publicarse, es la negra, y la que cierra el juego. Será una gran sorpresa”, garantiza en torno al lanzamiento que será en el 2010.
-¿Tienes tiempo de aburrirte?
“No para aburrirme, pero para elogiar el ocio, sí. Soy muy ociosa, de ahí seguro provienen todos mis proyectos
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